Un sentimiento de alegría general de poder practicar un deporte colectivo apasionante, donde poder compartir un objetivo común con la satisfacción de mejorar día a día con la esperanza de lograrlo o aprender del camino hacia el mismo. Desde nuestra posición trataremos de transmitir y mantener esta ilusión en el trabajo semanal, valorando los detalles y creyendo en nuestros jugadores/as.
Practicamos un juego deportivo como el baloncesto y lo hacemos por que nos divierte, de no ser así, no lo practicaríamos. Es muy importante no perder la esencia del juego, la diversión. Debemos dominar el juego, conocer las reglas y el abanico de posibilidades del mismo, trabajarlas de manera que la práctica nos ayude a estar más relajados para poder disfrutar y divertirnos de todos los aspectos que el juego nos ofrece.
El cuidado de lo que decimos y hacemos debe ser de carácter constructivo para el desarrollo equilibrado de nuestros jugadores/as, de cómo actuamos dependerá en gran parte el resultado, teniendo en cuenta las necesidades físicas, psicológicas y personales. El respeto por uno mismo, por los demás y por nuestro deporte son innegociables.